Saturno está perdiendo sus icónicos anillos. Y lo está haciendo muy rápido, a la tasa máxima estimada a partir de las observaciones que las naves Voyager 1 y 2, los dos únicos artefactos humanos que han salido del Sistema Solar, llevaron a cabo hace décadas. De esta forma, confirma una nueva investigación de la NASA, los anillos desaparecerán dentro de 100 millones de años arrastrados por la gravedad del planeta como una lluvia polvorienta de partículas de hielo.
Se han propuesto diversas teorías sobre el origen de los anillos. Si el planeta los alcanzó más tarde en la vida, podrían haberse formado cuando chocaron pequeñas lunas heladas alrededor de Saturno, tal vez porque sus órbitas fueron perturbadas por el tirón gravitacional de un asteroide o un cometa que pasaba.
El efecto de Encélado
El equipo también descubrió una banda brillante en una latitud más alta en el hemisferio sur. Aquí es donde el campo magnético de Saturno se cruza con la órbita de Encélado, una luna geológicamente activa que está disparando géiseres de hielo de agua al espacio, lo que indica que algunas de esas partículas también están lloviendo sobre Saturno. Se cree que los géiseres, observados por primera vez por los instrumentos de Cassini en 2005, proceden de un océano de agua líquida debajo de la superficie congelada de la pequeña luna. Su actividad geológica y el océano acuático hacen de Encélado uno de los lugares más prometedores para buscar vida extraterrestre.
El equipo trabaja para ver cómo cambia la lluvia de anillos con las estaciones en Saturno. A medida que el planeta avanza en su órbita de 29,4 años, los anillos se exponen al Sol en diversos grados. Dado que la luz ultravioleta del Sol carga los granos de hielo y los hace responder al campo magnético de Saturno, la exposición variable a la luz solar debería cambiar la cantidad de lluvia de anillo.
Fuente ABC