En la búsqueda de mundos similares a la Tierra entre las estrellas, gran parte del enfoque se ha centrado en encontrar planetas en la zona habitable de una estrella, donde están a la distancia adecuada para que exista agua líquida en la superficie. Pero ese es solo un ingrediente necesario para un planeta verdaderamente similar a la Tierra. Otros factores como por ejemplo el tamaño, entran en juego. Pero también son importantes aspectos más sutiles, como la composición geológica de un planeta.
Para ser verdaderamente similar a la Tierra, un planeta debe tener una proporción similar de elementos como el hierro, el oxígeno y el carbono. Esta relación afecta todo, desde la formación de rocas y minerales hasta la composición interna del planeta. Pero estudiar la geología de los exoplanetas está más allá de la capacidad de los telescopios actuales. Recién estamos comenzando a estudiar cosas como sus atmósferas.
Pero una nueva investigación ha utilizado un método ingenioso para estudiar la composición de exoplanetas indirectamente. En lugar de tratar de estudiar exoplanetas, el trabajo analiza las estrellas enanas blancas.
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Una enana blanca es el remanente de una estrella similar al Sol que se ha derrumbado bajo su peso gravitacional. La gravedad de una enana blanca es tan fuerte que los elementos pesados de la estrella se hunden hasta su núcleo. Pero las enanas blancas también tienen atmósferas delgadas que pueden contener trazas de elementos más pesados. Estos elementos no pueden haber estado en la estrella ya que colapsó en una enana blanca, por lo que deben provenir de planetas y otros cuerpos rocosos que han caído en la enana blanca.
Al estudiar las atmósferas de las enanas blancas, se puede aprender la proporción de elementos que existían en los planetas que una vez orbitaron la estrella. Recientemente, un equipo hizo exactamente esto y observó las proporciones de los seis elementos más comunes en los cuerpos rocosos: hierro, oxígeno, silicio, magnesio, calcio y aluminio. Usando estas proporciones, crearon modelos matemáticos para determinar el tipo de geología que habrían tenido los planetas.
Una de las cosas que el equipo descubrió es que estos mundos habrían tenido altas proporciones de hierro y oxígeno, similar a la composición de planetas como la Tierra y Marte. Esto significa que los exoplanetas probablemente tenían una composición similar y, por lo tanto, una geología similar.
En otras palabras, a medida que encontramos mundos del tamaño de la Tierra que orbitan alrededor de estrellas similares al Sol, hay muchas probabilidades de que también tengan una geología similar. Y eso significa que las posibilidades de un mundo verdaderamente similar a la Tierra son mayores de lo que alguna vez pensamos.
El Firmamento
Referencia: Alexandra E. Doyle, et al. «Fugacidades de oxígeno de rocas extrasolares: evidencia de una geoquímica de exoplanetas similar a la Tierra» Science 18 Oct 2019: 356-359